Las expectativas que teníamos de la reserva nacional Federico Albert se cumplieron, ya que además de ser un lugar rico en naturaleza y bien conservado en el ámbito de cuidado, esta cercano al pueblo de Chanco y la playa El Monolito, la reserva esta a cuadras de la plaza de Chanco donde es la ultima parada de buses. Al ingresar a la reserva encontramos una zona de camping, cada área esta demarcada con un cerco de madera y su numeración, dentro del área encontramos una mesa, farol con electricidad y un lavadero; a las cercanías se encontraban los baños y duchas los cuales tenían un buen estado y cuidado por parte de auxiliares del parque, que a su vez son habitantes de la zona.
El parque esta en muy buen estado respecto a la flora y fauna del lugar, donde encontramos en cada sendero algo nuevo para conocer, como es el sendero de camino al bosque o el arboretum, donde encontramos aves que se escuchaban al caminar y una que otra se divisaba por entre medio de los arboles como es el carpinterito, hongos del porte de una mano, una laguna sepultada por la arena que a medida que pasa el tiempo se fue acumulando hasta formar las grandes dunas de hasta 30 metros de altitud, flora que reconocimos a través de los libros de flora chilena, caracoles del porte de un dedo y arañas que su cuerpo es del tamaño es como una tapa de botella, la experiencia en la reserva fue enriquecedora, ya que pudimos observar la flora del lugar en su máximo esplendor, como fueron los hongos Orejas que se encontraban en los troncos generalmente de arboles caídos.
Esta salida a pesar de que al llegar el día viernes en la noche empezó a llover nos hizo dar cuenta que no debemos perder la capacidad de asombro, ya que siempre habrá algo nuevo que descubrir, no es lo mismo recorrer un sendero de día que de noche, en el día podemos ver quizás aves, pero en la noche podemos encontrar otras especie de aves que no vimos en el día, esto es lo que genera esta reserva, el impresionante mundo que esta en ella o bajo de los gigantescos arboles que nos rodeaban, es abierto a todo publico, tienen escenario para las temporadas altas, donde pueden ir desde niños, ancianos, familias o una salidas de ámbito recreativo para una empresa hasta personas con discapacidad, donde personas con discapacidades pueden realizar el Sendero de Los Sentidos, que activa su sentidos a través de actividades interactivas como el equilibrio, la observación donde se debían acostar en un lugar asignado para esto y así poder observar hacia la copa de los arboles.
Recomendaríamos esta reserva por que es un lugar apto para la familia, accesible a todo publico, bien conservado y cuidado por las personas encargadas del lugar, donde el guarda parque te recibe con las brazos abierto y muy amable. Brindándole al lugar un toque hogareño.
El parque esta en muy buen estado respecto a la flora y fauna del lugar, donde encontramos en cada sendero algo nuevo para conocer, como es el sendero de camino al bosque o el arboretum, donde encontramos aves que se escuchaban al caminar y una que otra se divisaba por entre medio de los arboles como es el carpinterito, hongos del porte de una mano, una laguna sepultada por la arena que a medida que pasa el tiempo se fue acumulando hasta formar las grandes dunas de hasta 30 metros de altitud, flora que reconocimos a través de los libros de flora chilena, caracoles del porte de un dedo y arañas que su cuerpo es del tamaño es como una tapa de botella, la experiencia en la reserva fue enriquecedora, ya que pudimos observar la flora del lugar en su máximo esplendor, como fueron los hongos Orejas que se encontraban en los troncos generalmente de arboles caídos.
Esta salida a pesar de que al llegar el día viernes en la noche empezó a llover nos hizo dar cuenta que no debemos perder la capacidad de asombro, ya que siempre habrá algo nuevo que descubrir, no es lo mismo recorrer un sendero de día que de noche, en el día podemos ver quizás aves, pero en la noche podemos encontrar otras especie de aves que no vimos en el día, esto es lo que genera esta reserva, el impresionante mundo que esta en ella o bajo de los gigantescos arboles que nos rodeaban, es abierto a todo publico, tienen escenario para las temporadas altas, donde pueden ir desde niños, ancianos, familias o una salidas de ámbito recreativo para una empresa hasta personas con discapacidad, donde personas con discapacidades pueden realizar el Sendero de Los Sentidos, que activa su sentidos a través de actividades interactivas como el equilibrio, la observación donde se debían acostar en un lugar asignado para esto y así poder observar hacia la copa de los arboles.
Recomendaríamos esta reserva por que es un lugar apto para la familia, accesible a todo publico, bien conservado y cuidado por las personas encargadas del lugar, donde el guarda parque te recibe con las brazos abierto y muy amable. Brindándole al lugar un toque hogareño.
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